Toda organización aplica el GRC (Gobernanza, Riesgos y Conformidad) ya sea de forma consciente e intencional o no. Todas poseen algún abordaje para administrar la organización, administrar riesgos y buscar la conformidad. Esa aplicación puede ser hecha de forma esparcida en silos desconectados o puede ser de forma altamente colaborativa e integrada.
Las organizaciones entonces no precisan preguntarse si hacen GRC o no, pero sí preguntarse qué tan maduro es su abordaje para GRC y cómo puede ser mejorado.
En el mundo ideal, existe un flujo natural para el GRC. La gobernanza define los objetivos y orienta a la organización estableciendo el contexto para la gestión de riesgos. La gestión de riesgos busca comprender y minimizar la incerteza en esos objetivos y reducir la exposición a la pérdida, maximizando el desempeño. La conformidad, a su vez, garantiza que la organización opere con integridad respetando los límites establecidos en los valores de la organización, en las políticas, en los requisitos reglamentarios y legales, bien como en los límites definidos por la tolerancia al riesgo.
Sin embargo, en muchas organizaciones, hay funciones de GRC operando aisladamente, produciendo redundancia y vacíos. Eso tiene un costo mensurable para la organización en términos de ineficiencia, ineficacia y falta de agilidad. Ya otras organizaciones tienen procesos maduros y estructurados e informes sobre GRC que reúnen una visión integrada y orquestada de procesos e informaciones de GRC.
Encuesta de madurez en GRC
A cada dos años OCEG publica un informe sobre la madurez de la aplicación de GRC en las empresas. En el infográfico de abajo usted puede ver algunos destaques extraídos del informe. Si usted quiere ver las informaciones con más detalles, puede acceder a un resumen del informe aquí.
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